miércoles, 21 de agosto de 2019


La AFA y los futbolistas desaparecidos  

En total son 19 los jugadores víctimas del terrorismo de Estado; la mayoría siguen siendo buscados por sus familiares.






El arquero Antonio Piovoso integró el plantel de Gimnasia y Esgrima La Plata en 1973.


La AFA tiene una oportunidad histórica en sus manos. Pasaron 43 años del golpe cívico-militar del ‘76 y 41 del Mundial ‘78. En todo ese tiempo la amnesia colectiva de sus dirigentes desde la época en que gobernaba Julio Grondona (1979-2014), nunca permitió que fuera posible un homenaje a los futbolistas desaparecidos. Ni siquiera para dar una discusión o amagar con brindarles un reconocimiento. Ahora podría ser posible por una iniciativa de Claudio Morresi, el ex secretario de Deporte de la Nación y ex jugador de Huracán, River y Vélez, entre otros equipos. Una nota que firmó en su condición de coordinador del Espacio del Deporte y los Derechos Humanos que funciona en la Ex Esma –en el sector de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas– le pide al presidente de la AFA, Claudio Tapia, que se organice el homenaje a diecinueve futbolistas. La mayoría continúan siendo buscados por sus familiares ya que sus restos nunca fueron encontrados. 

 El texto está en poder de Marcelo Achile, el prosecretario de la asociación y máximo directivo del club Defensores de Belgrano. Para la aprobación de una declaración o un acto que pudiera desarrollarse con respaldo institucional del fútbol argentino, se requiere el tratamiento en el Comité Ejecutivo. La solicitud de Morresi es parecida a la carta que recibió la Unión Argentina de Rugby (UAR) el viernes pasado mediante un correo electrónico. Es para homenajear a los jugadores desaparecidos, como en aquel caso a los 152 rugbiers que fueron víctimas del terrorismo de Estado. El pedido se generó a partir de una investigación publicada en un libro hace dos meses. Da cuenta de diecinueve casos de futbolistas asesinados o detenidos-desaparecidos por la dictadura, incluso antes del golpe de 1976, cuando intervenían grupos terroristas paraestatales como la Triple A o la CNU.
 Dos de esos jugadores participaron de los campeonatos directamente organizados por la Asociación en la década del 70. El arquero Antonio Piovoso integró el plantel de Gimnasia y Esgrima La Plata en 1973. Disputó tres partidos por el torneo Metropolitano de ese año. Era suplente de Hugo Gatti y estudiaba al mismo tiempo arquitectura en la Universidad pública platense. Cuando abandonó el Lobo jugó en Atlético Mones Cazón, Athletic de Azul, Unión de Mar del Plata y Huracán de Tres Arroyos, todos equipos bonaerenses. Piovoso continúa desaparecido desde el 6 de diciembre de 1977, cuando un grupo de tareas lo secuestró en las Galerías Williams, en pleno centro de La Plata.
 Ernesto David Rojas es el otro futbolista profesional. Jugó como delantero diez partidos en el torneo Nacional de 1970 para Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Debutó en la cancha de Boca el 4 de septiembre de aquel año. Su equipo, que participaba por primera vez en un campeonato oficial de la AFA, perdió 3 a 1. La CNU lo asesinó el 18 de marzo del ’76, seis días antes del golpe. Había viajado desde su provincia a La Plata con los hermanos Arabel, integrantes de la JP y trabajadores del hipódromo platense. Ranga, como lo apodaban, no era un cuadro político ni un militante de base. Quería operarse una rodilla con el médico de Independiente, Miguel Fernández Schnoor, pero terminó cosido a balazos.
 La nómina completa de diecinueve jugadores víctimas del régimen de Videla, Massera y Agosti que registró el libro Deporte, Desaparecidos y Dictadura, la integran: Raúl Brú, Luis Ciancio, Ignacio Cisneros, Ricardo Cuesta, Ricardo Del Río, Daniel Favero, Pedro Frías, Alberto Garbiglia, Juan Carlos Luna, Carlos Manfil, Gustavo Olmedo, Francisco Pana, Hugo Penino, Rodolfo Prestipino, Antonio Piovoso, Eduardo Requena, Carlos Rivada, Ernesto Rojas y Heldy Santucho.



Fuente: Diario Pagina 12 (Argentina) del día 21-8-2019