La AFA y los futbolistas desaparecidos
En total son 19 los jugadores víctimas del terrorismo de Estado; la
mayoría siguen siendo buscados por sus familiares.
Por Gustavo Veiga
El arquero Antonio
Piovoso integró el plantel de Gimnasia y Esgrima La Plata en 1973.
La AFA tiene una oportunidad
histórica en sus manos. Pasaron 43 años del golpe cívico-militar del ‘76 y 41
del Mundial ‘78. En todo ese tiempo la amnesia colectiva de sus dirigentes
desde la época en que gobernaba Julio Grondona (1979-2014), nunca permitió que
fuera posible un homenaje a los futbolistas desaparecidos. Ni siquiera para dar
una discusión o amagar con brindarles un reconocimiento. Ahora podría ser
posible por una iniciativa de Claudio Morresi, el ex secretario de Deporte de
la Nación y ex jugador de Huracán, River y Vélez, entre otros equipos. Una nota
que firmó en su condición de coordinador del Espacio del Deporte y los Derechos
Humanos que funciona en la Ex Esma –en el sector de Familiares de Desaparecidos
y Detenidos por Razones Políticas– le pide al presidente de la AFA, Claudio
Tapia, que se organice el homenaje a diecinueve futbolistas. La mayoría
continúan siendo buscados por sus familiares ya que sus restos nunca fueron
encontrados.
El texto está en poder de Marcelo Achile, el
prosecretario de la asociación y máximo directivo del club Defensores de
Belgrano. Para la aprobación de una declaración o un acto que pudiera
desarrollarse con respaldo institucional del fútbol argentino, se requiere el
tratamiento en el Comité Ejecutivo. La solicitud de Morresi es parecida a la
carta que recibió la Unión Argentina de Rugby (UAR) el viernes pasado mediante
un correo electrónico. Es para homenajear a los jugadores desaparecidos, como
en aquel caso a los 152 rugbiers que fueron víctimas del terrorismo de Estado.
El pedido se generó a partir de una investigación publicada en un libro hace
dos meses. Da cuenta de diecinueve casos de futbolistas asesinados o
detenidos-desaparecidos por la dictadura, incluso antes del golpe de 1976,
cuando intervenían grupos terroristas paraestatales como la Triple A o la CNU.
Dos de esos jugadores participaron de los
campeonatos directamente organizados por la Asociación en la década del 70. El
arquero Antonio Piovoso integró el plantel de Gimnasia y Esgrima La Plata en
1973. Disputó tres partidos por el torneo Metropolitano de ese año. Era
suplente de Hugo Gatti y estudiaba al mismo tiempo arquitectura en la
Universidad pública platense. Cuando abandonó el Lobo jugó en Atlético Mones
Cazón, Athletic de Azul, Unión de Mar del Plata y Huracán de Tres Arroyos,
todos equipos bonaerenses. Piovoso continúa desaparecido desde el 6 de
diciembre de 1977, cuando un grupo de tareas lo secuestró en las Galerías
Williams, en pleno centro de La Plata.
Ernesto David Rojas es el otro futbolista
profesional. Jugó como delantero diez partidos en el torneo Nacional de 1970
para Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Debutó en la cancha de Boca el 4 de
septiembre de aquel año. Su equipo, que participaba por primera vez en un
campeonato oficial de la AFA, perdió 3 a 1. La CNU lo asesinó el 18 de marzo
del ’76, seis días antes del golpe. Había viajado desde su provincia a La Plata
con los hermanos Arabel, integrantes de la JP y trabajadores del hipódromo
platense. Ranga, como lo apodaban, no era un cuadro político ni un militante de
base. Quería operarse una rodilla con el médico de Independiente, Miguel
Fernández Schnoor, pero terminó cosido a balazos.
La nómina completa de diecinueve jugadores
víctimas del régimen de Videla, Massera y Agosti que registró el libro Deporte, Desaparecidos y Dictadura, la integran: Raúl Brú, Luis Ciancio, Ignacio Cisneros,
Ricardo Cuesta, Ricardo Del Río, Daniel Favero, Pedro Frías, Alberto Garbiglia,
Juan Carlos Luna, Carlos Manfil, Gustavo Olmedo, Francisco Pana, Hugo Penino,
Rodolfo Prestipino, Antonio Piovoso, Eduardo Requena, Carlos Rivada, Ernesto
Rojas y Heldy Santucho.
Fuente: Diario Pagina 12 (Argentina) del día 21-8-2019